Hace tiempo escuché decir a un tipo conocidillo en el mundo del running que el calzado deportivo iba renovando sus características para que siempre hubiera algo distinto que vender. De esto modo, si aparece un modelo con una amortiguación espectacular que marque tendencia, por ejemplo, todas las marcas lo adoptan y cualquier comprador anhela poseerlo. Cuando ese efecto se consigue, la estrategia de mercado es la de ir variando progresivamente el concepto del calzado hacia algo distinto, pongamos que pueda ser lo ultraligero, sensitivo y, por lo tanto, con menos amortiguación que tan necesaria fue antaño. La estrategia, como digo, varía de manera paulatina, para que mientras haya más modelos que sacar a la venta: cada año con 1mm menos de suela, sutiles cambios en su dibujo, modificando la diferencia de alturas en retropié y antepié…

Este hombre había trabajado en una de las fábricas de calzado perteneciente a la marca deportiva más conocida del mundo y además es un buen atleta. Conoce el asunto de primera mano. 

Creo que es en Australia donde los corredores de largas distancias están apostando por el Hoka one one. Si lo buscáis por internet, veréis que es un mostrenco de calzado. Allí y en Estados Unidos el minimalismo bajó en ventas el año pasado mientras que en España esa tendencia parece ir cobrando más fuerza.

Creo que esta dinámica nos resulta muy familiar en infinidad de ámbitos. Pues bien, siguiendo con el del calzado para correr, os diré que no hay evidencia científica que permita recomendar uno con determinadas características. Sí parece demostrado que el calzado con más amortiguación, que suele ir asociado a una suela de mayor grosor, complejidad y peso, protege más la zona plantar del antepié (almohadillas) y probablemente el tendón de Aquiles; el calzado más natural y ligero, por los cambios de pisada que provoca, aporta menor impacto en la rodilla.

Hay determinadas variables a tener en cuenta cuando elijas tu calzado:

  1. Terreno por el que vas a correr, es muy importante que lo tengas en cuenta por temas de agarre y resistencia a la abrasión entre otros.
  2. Distancias que sueles hacer cuando entrenas o compites, tu cuerpo se comporta de una manera muy distinta si comparas carreras de 5km con medias maratones. 
  3. Tu peso y el peso del calzado. Siempre es más agradable moverse con materiales ligeros, pero insisto en que éstos aportan menos amortiguación y hay personas que la necesitan, más aún si su propio peso es elevado. Por suerte es posible encontrar algún modelo que combina bien ligereza y protección, por lo general para medias distancias.
  4. Corrección de la pisada: eterno dilema. Ya he comentado alguna vez que el pie prona y supina de manera fisiológica. Lo que ha que frenar es el movimiento excesivo de ambos, en el retropié o en el antepié. Saber que uno es supinador o pronador es insuficiente para elegir calzado. Hay muchas variables en juego. Esta semana he tenido dos pacientes, corredores, con problemas en diversas partes del cuerpo tras haber abandonado su calzado deportivo de 40 euros por otro que triplicaba su precio y proporcionaba un control espectacular a su pronación. 
  5. Ten en cuenta que el calzado de mujer suele tener mayor diferencia de altura entre talón y puntera en lo que a suela se refiere. Esto está basado en medidas antropométricas, pero no todas las mujeres tienen la misma estructura. Habrá mujeres que detesten esa característica y hombres que se beneficien de ella, por asuntos relacionados con tobillo, rodilla, pelvis y columna lumbar.

Lo más recomendable para elegir calzado es que te informes utilizando diversas fuentes. Hay comerciales que tienen bastante idea, pero siempre querrán venderte su producto. Acude a varias casas para unificar criterios. Un experto en biomecánica puede explicarte muchos porqués y, casi con toda seguridad, te dará una visión más completa y rigurosa, pero ante todo, escucha tus sensaciones. No te dejes llevar por modas y utiliza tu criterio.

Intenta conocerte cada vez un poco más mientras corres. Es otro de los beneficios del deporte. Ése eres tú.

¿Quién escribió el artículo?

Podóloga, fisioterapeuta, profesora del método Feldenkrais e investigadora científica, pionera en el ámbito de la diabetes y el ejercicio terapéutico.
Experta en la realización del estudio biomecánico de la pisada orientado a crear plantillas donde el gesto técnico y la calidad del movimiento son parámetros esenciales.

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